
10 Ene Neumonía en ancianos: formas de prevenirla
¿Sabes cómo prevenir la neumonía en ancianos? Aquí te damos todas las claves para que consigas prevenir esta enfermedad respiratoria en los más mayores.
La neumonía se encuentra muy presente entre la población anciana porque a partir de los 65 años aumenta considerablemente la posibilidad de desarrollar una neumonía dado que la capacidad inmunológica es menor, sobre todo, si ya has tenido problemas anteriormente en las vías respiratorias.
La neumonía a pesar de que es una enfermedad frecuente en nuestra sociedad, puede llegar a ser letal dentro del grupo de población más mayor. Por ello, es importante conocer sus síntomas y el desarrollo de estos, así conseguiremos frenarla a tiempo y poder acudir a un especialista lo antes posible.
¿Qué es una neumonía? Síntomas y tipos
La neumonía es una patología que afecta a las vías respiratorias, es decir, al pulmón, inflamándolo. Dentro de los alvéolos están una serie de microorganismos que se ven multiplicados provocando la inflamación pulmonar. Esta enfermedad puede ser contagiosa, pero no necesariamente.
Aunque los síntomas que está inflamación de las vías respiratorias puede provocar en los más mayores no son iguales en todas las personas, digamos que existe un cuadro médico al que podemos acudir para detectarlos:
- Fiebre alta
- Tos (puede ir acompañada de flemas)
- Dolor en el pecho y dificultad para respirar
- Escalofríos
- Malestar general
- Fatiga y cansancio
En algunos casos podemos encontrar otros síntomas que se repiten entre los pacientes pero no son tan frecuentes como el dolor de cabeza, la gastroenteritis y dolores musculares.
Existen tres tipos de neumonía que podemos clasificar según el grado de afección pulmonar que presenten:
- Unilateral: solo afecta a un pulmón.
- Bilateral: como bien nos indica el nombre, afecta a los dos pulmones.
- Bronconeumonía: es de la de mayor gravedad de todas, afectando a los dos pulmones y llegando a expandirse hacía los bronquios.
Principales causas de neumonía en ancianos
Las causas de neumonía en ancianos pueden ser variadas, puesto que puede deberse a bacterias, virus, o incluso hongos. Pero la forma más común para que se origine esta patología es la infección bacteriana. También es muy frecuente que después de haber pasado una gripe grave se desencadene una neumonía.
Una forma muy común que tienen los ancianos para alertarnos de que quizás están contrayendo una neumonía, es la demencia. Un deterioro de la capacidad mental de un anciano como la pérdida de memoria, la desorientación son motivos más que suficientes para saber que derivan del resultado de una lesión o infección. Por lo tanto, si se trata de los más mayores debemos de estar atentos a los signos que la demencia nos puede hacer llegar.
Según donde los ancianos contraigan esta enfermedad podemos hablar de:
- Neumonía adquirida en la comunidad: cuando se produce fuera del hospital o centro de salud.
- Neumonía intrahospitalaria: se da en las personas que se encuentran hospitalizadas, los familiares que vayan a visitar o los trabajadores del hospital.
Formas de prevenir la neumonía en ancianos
- La vacunación: cada cinco años los ancianos pueden vacunarse contra el neumococo y también, con la vacuna antigripal.
- La higiene: una buena higiene bucal es primordial porque cualquier infección que podamos desarrollar en la boca puede debilitar nuestro sistema inmunitario derivando en que la infección se extienda hasta las vías pulmonares. Por otro lado, lavarse las manos para eliminar los gérmenes que adquirimos tocando las superficies.
- Alimentarse de forma saludable: portar carencias alimenticias nos hace más propensos a adquirir enfermedades, principalmente porque nuestro sistema inmune se encuentra más debilitado. También es importante que los ancianos ingieran grandes cantidades de líquidos.
- No fumar.
- Recurrir a un personal sanitario de forma periódica para realizar revisiones o en caso de que se presente cualquier síntoma o sospecha de estar padeciendo neumonía.
Preguntas frecuentes sobre la neumonía en ancianos
Todavía quedan dudas que despejar acerca de esta enfermedad y cómo sabemos que es muy complejo conocer cuales son las dudas de cada uno de vosotros, hemos decidido escoger algunas de las preguntas más frecuentes que nos hacéis para que así podáis consultarlas y tenerlas a vuestra disposición siempre que lo necesitéis.
¿En qué se diferencia la neumonía de la bronquitis?
Ambas enfermedades pueden parecernos muy parecidas puesto que ambas son enfermedades infecciosas que afectan al sistema respiratorio. Sin embargo, podemos ver significantes diferencias entre ellas.
La bronquitis es una infección provocada por una bacteria o un virus que produce una inflamación en los bronquiolos que van a los pulmones. Mientras, la neumonía es una enfermedad caracterizada por la inflamación de los pulmones debido a un virus, una bacteria o un hongo.
Para conocer las principales diferencias entre estas debemos decir que:
- La neumonía afecta a los pulmones y la bronquitis afecta a los bronquios.
- La bronquitis no siempre es infecciosa mientras que la neumonía si.
- La bronquitis suele estar provocada por un virus mientras que la neumonía por bacterias.
- Los síntomas de la bronquitis pueden resumirse en: fiebre baja, es decir, menos de 38 ºC, tos, dificultad para respirar, molestias en el pecho, fatiga y producción excesiva de mucosidades.
- Los síntomas de la neumonía son: fiebre alta, es decir de más de 38 ºC, dolor en el pecho al respirar, escalofríos, náuseas, vómitos, diarrea y dificultades para respirar.
- La bronquitis se trata de una enfermedad leve, mientras que la neumonía se cataloga como enfermedad grave.
- Por último, la neumonía siempre requiere de un tratamiento, mientras que la bronquitis no.
¿Cuál es la evolución de los síntomas de la neumonía en personas mayores?
Estar atento a la evolución de una enfermedad como la neumonía es determinante para que no se agrave todavía más.
Como hemos mencionado antes, existen una serie de síntomas que responden a una sintomatología de neumonía como por ejemplo: fatiga, dolor en el pecho, tos, fiebre, dificultad para respirar, escalofríos… Estos serían los primeros síntomas que la neumonía nos permite observar. Si la enfermedad evoluciona es probable que nos encontremos con dolores de cabeza, mayor insuficiencia para respirar, desorientación, taquicardia, acumulación de líquido en el pulmón… En estos casos, se procederá a la hospitalización del paciente.
Para concluir, la neumonía es una enfermedad que ataca de forma más fuerte a las personas mayores o ancianos provocándoles verdaderas complicaciones. Por ello, en Sacom os ofrecemos nuestros cuidados, puesto que nadie mejor que un profesional sanitario sabe detectar este tipo de infecciones respiratorias y cómo tratarlas y hacerles frente desde el primer momento.